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Mudanza y Casa Nueva

Pues al final nos mudamos en Abril. Aquí el final del verano, principio del otoño es muy lluvioso, pero claro no teníamos opción de elegir tenía que ser ese fin de semana. Total que había estado lloviendo como 3 semanas seguidas y nosotros nos mudábamos el sábado. Al final el sábado llegó y lució un sol espléndido, menos mal, porque el domingo volvió a llover y no paró por otras 3 o 4 semanas…

La antigua habitación preparada para la mudanza

La antigua habitación preparada para la mudanza

Cajas, cosas,...

Cajas, cosas,…

Más cajas y más cosas...

Más cajas y más cosas…

La furgo

La furgo

Fue un palizón, nos ayudaron varias personas pero en el primer viaje solo estábamos Ramin, Nima y yo, e intentamos llevar lo más pesado. Además la furgo que habíamos alquilado no cabía por la entrada que llevaba hasta nuestro edificio porque era muy alta así que tuvimos que cargar todo por el caminito…en fin que nos llevó mucho más tiempo del que esperábamos. Mientras tres amigos míos, que nos iban a ayudar a descargar, estaban esperando en la casa nueva.

 

La habitación ya montada

La habitación ya montada

El salón con cajas todavía...

El salón con cajas todavía…

Las cajas

Las cajas

Nos llevó todo el día y dos viajes, con la furgo y un coche el primero y con dos coches y la furgo el segundo. Acabamos destrozados pero conseguimos meter todo en la casa nueva gracias a los buenos amigos y primos que nos ayudaron. Solo en pensar cómo hubiésemos hecho los dos solos me pongo mala… No me quiero volver a mudar nunca!!!!!

Mis primeros chiles

Mis primeros chiles

Desventuras de compartir piso

Ahora que nos hemos mudado me siento un poco más libre de contar las aventuras y desventuras de compartir piso. Pero empiezo desde el principio.

Ramin y yo llegamos un 19 de Julio de 2012 a Sydney. Los tíos nos habían dejado las llaves de un piso que tenían en Lindfield y que era donde íbamos a vivir. La casa nos gustó desde el principio, no tenía muchas cosas pero lo esencial para vivir: una cama, una mesa con sillas, un par de sofás, utensilios de cocina y electrodomésticos. Pronto lo llenaríamos de estanterías con libros.

(Fotos de la agencia que vendió la casa, un poco retocadas…)

 

Nuestra casa eran las cuatro ventanas de arriba a la izquierda.

Nuestra casa eran las cuatro ventanas de arriba a la izquierda.

Cocina

Cocina

Nuestra habitación

Nuestra habitación

Salón con nuestros libros

Salón con nuestros libros

Así pasamos unos 4 meses hasta que a finales de Noviembre vino la prima de Ramin. En principio dijo que solo venía para un mes porque tenía que arreglar unos papeles (le habían concedido la residencia permanente y tenía que venir al país para formalizarla) pero que tenía que volver a su país porque iban a operar a ambos padres en breve y tenía que estar con ellos.

Total que llego y a las dos semanas más o menos dijo que habían cambiado una ley en su país que decía que cualquier mujer que quisiese salir del país necesitaba la autorización de su padre, y que entonces no podía volver a su país porque, claro, no la dejarían salir otra vez. (Y yo me pregunto: ¿su propio padre no iba a firmar una autorización?)

Total que se quedó con nosotros hasta que en Febrero decidió que quería ir a su país (no porque operasen a nadie, solo de vacaciones), así que nos dijo que habían cambiado otra vez la ley y que ya no había problema. A todo esto nosotros no íbamos bien de dinero, como ya sabéis conseguir trabajo en Australia siendo inmigrante sin residencia permanente y sin experiencia local es complicado, así que decidimos alquilar la habitación que todavía quedaba libre.

Así terminamos viviendo por poco más de un año con una iraní, que volvió de su país sin ningún problema un par de meses después, y un estudiante australiano de Queensland.

El australiano es un chico con la carrera de arte que estaba estudiando un master para convertirse en profesor de instituto, pero que ahora está estudiando políticas. El hombre tocaba la guitarra en el salón y se pintaba los ojos cuando salía de juerga. Todo un personaje, pero muy majo y siempre te hace reír. Tenía muchas rarezas, tipo me duermo la siesta en el suelo del salón, me lavo el pelo con zumo de cebolla o limpio el suelo con aceite de eucalipto, pero en general no tuvimos ningún problema con él. Yo tuve alguno por culpa del idioma, y es que en inglés soy muy maleducada porque no uso suficientes por favor y podrías (could you please and would you mind…)

Con la prima si tuvo algún problema cuándo se enteró ella de que él comía carne de canguro y le lleno el frigo con notas diciendo: “no te comas a Skippy” y le dijo que la próxima vez que le viese carne de canguro la tiraría a la basura. Eso fue gracioso y tenso a la vez.

Pero de momentos cómicos a la vez que tensos hay bastantes.

La prima no salía de su cuarto nada más que para ir al baño o hacerse la comida. Algunas veces comía en el salón pero casi siempre en su cuarto. Y se la oía hablar sin parar en su idioma, creemos que con sus padres por skype (pero a veces no se oía contestación y temíamos que hablase sola). Era lo opuesto al australiano que vivía en el salón y solo iba al cuarto a dormir. Y conste que me parecen bien las dos cosas, cada uno que haga lo que crea.

Pero un par de veces vinieron los primos de Ramin a jugar al ordenador o ver una peli. En aquellas ocasiones ella se sentaba en el sofá, encendía la tele si nadie la estaba viendo y se quedaba mirando fijamente a Ramin y sus primos (la tele solo era una coartada), da igual que estuviesen jugando al ordenador o viendo una peli, ella les miraba fijamente por el tiempo que estuviesen ahí. Una vez se iban, ella volvía a su cuarto, dejando la tele encendida, claro, ni se acordaba de que estaba ahí…

Otra cosa que era habitual era que ella te preguntase algo cotidiano, en plan ¿qué cocinas? ¿has mirado hoy el buzón? Le contestabas y su repuesta era una risa fuerte y exagerada, tú te quedabas en plan ¿me he perdido algo? ¿qué he dicho que es tan gracioso? Luego empezamos a intuir (nunca seguros) que ella no entendía muy bien qué decíamos y a veces esa era su respuesta.

Momentos más tensos fueron cuando una semana no limpió porque decía que no había productos de limpieza (que si había) y dijo que es que tenía que ir yo a comprarlos si quería que ella limpiase. ¡¿Qué?! O cuando iba al baño saltando en plan Heidi y volvía mirándome con odio, ¿qué había pasado en el baño? (eso lo hacía a menudo). Y muchas cosas más que no son graciosas, solo desagradables o cansinas.

El australiano era mucho más gracioso. Una vez nos preguntó que si los musulmanes rezaban al sol o que qué eran los protestantes. Tuvimos que adivinar cuál era su tipo de cristianismo haciéndole preguntas en plan ¿el cura se puede casar? ¿hay mujeres curas? Fue gracioso. También nos imitaba cuando hablábamos en español y aprendió palabras absurdas como engrudo y otras más útiles como periquito o vale, la cual usaba bastante acertadamente cuando hablábamos en español. Además hacía canciones improvisadas con las palabras que aprendía.

Una vez se olvidó las llaves con nadie en casa y se planteó escalar un árbol y saltar a la terraza. La cosa es que la terraza estaba cerrada y me imagino a la prima llegar a casa y encontrarse al tipo encerrado fuera…si no se mataba en el intento. Al final nos llamó a ver si podíamos llevarle las llaves y se las llevamos.

Otra vez salimos con él de juerga y se llevó una botella de vino en plan mendigo. Como no se la había terminado la escondimos en un seto por la ciudad. Cuando fuimos a recogerla todavía estaba ahí.

La palabra engrudo la aprendió porque le decíamos que su comida era un engrudo y es que su cena normal consistía en una mezcla de pasta, judías pintas de lata, algunas verduras congeladas y/o frescas, carne picada o en trozos, aceitunas y alguna salsa que le agregaba. Tenía pinta de ser bastante completa pero la mezcla era absurda y siempre olía igual. Al final empezó a usar el horno, supongo que aprendió viéndonos a nosotros y se hacía cosas con carne y verduras que tenían mejor pinta.

Esas son un poco las historias absurdas de ese año y pico compartiendo piso.

*Fotos de chadwickrealestate.com.au

Cómo alquilar en Sydney

Pues a principios de abril nos mudamos a la casa nueva. La verdad es que no estábamos buscando en serio, pero mirábamos a ver que había.

Aquí hay dos formas de alquilar: la más común y cara, a través de una agencia, y la más barata, directamente al dueño. El problema de esta ciudad es que hay un bum inmobiliario y es carísimo alquilar y comprar, y como en todo buen bum, te venden y alquilan mierdas por unos precios desorbitados.

El precio mínimo normal por el que puedes alquilar un piso que esté decente es de unos $400 la semana (aquí se paga por semanas normalmente, tanto salarios como otras cosas). Todo depende del barrio y lo lejos que estés del centro, como en todos lados, pero por menos de eso es bastante difícil encontrar un piso de una habitación que no sea una porquería o un zulo.

Al precio súmale que los pisos de alquiler en esta ciudad pertenecen en una gran mayoría a inversores chinos o grupos de inversión y que hay una demanda enorme. Esto hace que todo se mueva por agencias, que debido a la gran demanda, no tienen por qué hacer su trabajo bien, vamos que son unos inútiles maleducados.

Os voy a contar el trámite con agencia, para que juzguéis por vosotros mismos:

– La agencia tiene un piso. Si es un piso que sabe que se le va a ir de las manos pone un anuncio para visitarlo el mismo día o con un día de adelanto en internet. Si no es tan buen piso lo avisa normalmente esa semana para verlo un día del fin de semana que se puede repetir por 2 o 3 semanas.

– Tienen el día de puertas abiertas. Te juntas viendo el piso con decenas de personas que pasan como una marabunta por él. Los interesados le comen un poco la oreja al agente inmobiliario y le piden el formulario para presentar una oferta. Si oferta, aquí se publicita por el mínimo, pero tú siempre tienes que ofrecer más para llevártelo, lo mismo en alquiler que compra.

– Hacer una oferta: Hacer una oferta supone entregar un montón de papeles aparte de ofrecer más dinero, si te quieres llevar la vivienda. Entre los papeles están: tu nómina, un extracto bancario con tus ahorros y varias pruebas de identidad (no vale con una, tienes que entregar DNI, que aquí es el carnet como en USA, pasaporte, partida de nacimiento, otro tipo de carnet, facturas a tu nombre,… al menos dos como prueba de tu identidad). También te piden tu historial de alquiler, que te lo dan en tu antigua agencia, o una carta de recomendación de tus caseros si ha sido por privado. Eso último para probar que eres una persona que cuida la casa en teoría. ¿Una locura? Si. Ah! Y si eres extranjero tu visado.

– Proceso de selección: Cuándo la agencia tiene ya varias ofertas que le convencen, hace una lista por puntos. Si ganas más, más puntos; si tienes más ahorros, más puntos; si tu visado es mejor, más puntos; y así hacen un ranquin. Por supuesto no todo vale lo mismo, pueden pasar que tu visado no sea guay si ofreces más dinero.

– Alquilar. Una vez has sido elegido en el proceso firmas un contrato que puede que tenga una clausula (leasing) que dice que si el contrato dura 12 meses tú te comprometes a pagar esos 12, y que si quieres dejarlo antes, deberás encontrar a otra gente para el piso o pagar lo que sea el alquiler hasta el fin del contrato. Muy agradable el proceso vamos.

Porque el proceso es grotesco y los agentes unos maleducados, nosotros optamos por intentar buscar casas por privado. Hay una página, tipo segunda mano en España, en la que puedes encontrar algo. Lo malo, que normalmente son casas que están en mucho peor estado y es más difícil encontrar algo decente. Lo bueno, que normalmente son más baratas para las mismas características; la agencia no se lleva su parte.

Total que de casualidad vimos esta casa y escribimos. Pasó una semana y no nos contestaban, pero la casa seguía anunciada, normalmente la quitan enseguida si la alquilan. Creo que Ramin volvió a escribirles un mail y nos contestaron que si podíamos ir a verla al día siguiente. Total, que después del trabajo nos acercamos a verla y nos encantó desde el primer momento.

A mí me gustó el barrio según iba andando hacia la casa. Está a 15 minutos andando de mi trabajo y la zona está genial. Un montón de bares y restaurantes con terrazas fuera, vamos que el barrio tiene vida, que donde vivíamos antes eran los suburbios y ahí solo ves ‘monovolúmenes’ y possums…

Ni monovolúmenes...

Ni monovolúmenes…

La casa está en la parte trasera de una casita unifamiliar. La madre, de 88 años, de la casera vive arriba y tiene pinta de que dividieron la casa para sacarse un dinerillo. La casera vive al otro lado y tiene una puerta que conecta su jardín con el nuestro, si, tenemos jardín.

El jardincillo el día que fuimos por primera vez.

El jardincillo el día que fuimos por primera vez.

El salón

El salón

El dormitorio

El dormitorio

La cocina.

La cocina.

El baño.

El baño.

Las vistas desde un rincón del jardín

Las vistas desde un rincón del jardín

Total, que la casa nos encantó, le dijimos que la queríamos y nos dijo que todos los que habían ido la querían, que nos diría algo a final de esa semana. Y el final ya lo sabéis. Eso sí, aquí cuando te mudas, te mudas YA. Así que en una semana teníamos la mudanza….pero eso lo contaré luego…

Besitos!