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NUEVO VISADO!!!!!

Como muchos ya sabréis el lunes nos llegó el nuevo visado y estamos MUY CONTENTOS!!!!!

¡¡Regocijo, Albricias!!

La cosa es que el proceso lo empezamos en aquel lejano marzo, si, marzo…

Un día que iba a una reunión con mi jefe en el coche le pregunté que si sería posible que la oficina me hiciese el visado de trabajo (aquí comúnmente conocido por el anglicismo esponsorizar) y me dijo: Si, claro, sin problemas!

Así que empezamos el proceso…que eran tres partes.

PARTE 1: La empresa tiene que hacerse lo que se llama ‘empresa esposorizadora’. Eso es entregar un montón de documentación sobre sus empleados, lo que ganan, lo que invierten en formar australianos y la cantidad de residentes permanentes que contratan. Un montón de papeleo que entregas y que es revisado minuciosamente. Esto creo que se tardó como tres meses o cuatro…una eternidad.

PARTE 2: La empresa tiene que ‘nominarme’. Eso quiere decir que tiene que decir que busca a alguien exactamente con mi perfil y que no hay australianos que lo cumplan. Tienes que entregar otro montón de documentación sobre cuál es el perfil que buscan, cuál van a ser las obligaciones del puesto, cuánto va a ganar,…un rollo…

PARTE 3: El ‘nominado’ solicita la visa. Esa soy yo. Hay que hacer también un montón de papeles esta vez para demostrar que cumples el perfil que busca la empresa. Entregamos el título, el cv, cartas de recomendación de antiguos empleadores, listas de trabajos realizados en antiguos puestos y en el actual, prueba de inglés, pruebas médicas para probar que no tienes tuberculosis (tienen una obsesión que no es normal…), pasaportes, certificado de matrimonio (para que a Ramin le diesen también el visado, claro!)…Todo lo que no esté en inglés, con traducción jurada y pagar más de 3.000 AUS más los 400 de las revisiones médicas. En total casi 4.000 AUD, que se quedan si no te conceden el visado, pero en este caso ha merecido la pena.

Lo bueno es que las partes 2 y 3 se pueden hacer simultáneamente así que cuando se terminó la 2 al día siguiente yo ya estaba mandando la 3. Y un mes después……VISADO!!!!!!

Normalmente dicen que tardan 2 meses, así que nos sorprendimos un poco cuando vi el mail en el correo…¿solo un mes? Si

Intentamos escaquearnos de la prueba médica, pero no hubo suerte…400 pavos, dos radiografías, un análisis de orina para ver si estoy embarazada (y dicen las malas lenguas, para comprobar que no tienes sida), peso, altura, tensión, ojos, oídos, reflejo de la rodilla y el tocamiento de barriga…A todo esto Ramin no entró conmigo porque se liaron en la recepción y creo que montó un pollo…Cuando nos íbamos había un tipo que hasta le hacia reverencias mientras le pedía perdón…en fin, muy gracioso.

Lo máximo que puedes pedir el visado es para 4 años, así que nos caduca el 25 de agosto de 2018, suena tan lejos…De todas formas vamos a intentar pedir la residencia permanente en este tiempo, pero primero tengo que terminar el máster.

Que, cómo ahora el visado me deja estudiar media jornada, me he quitado de asignaturas (menos mal que todavía estoy a tiempo…el visado llegó el lunes y este domingo se termina el plazo…¡in extremis!) y voy a tardar un semestre más en terminar, pero mucho más relajada…

Y la última buena noticia, aunque todavía no está confirmado (queda que Ramin hable en su trabajo a ver que pasa…) es que casi seguro vamos en Navidad a las Españas!!! Queda ver cuánto tiempo se puede coger y en qué condiciones, hacer cálculos y comprar billetes…¡¡¡¡BIEN!!!!

Así que resumiendo.. MUY CONTENTOS

🙂

Cómo ofrecer un trabajo

Hola niños y niñas, esta historia es de hace un par de meses pero entonces no tenía tiempo para contárosla, así que ahí voy.

Un día estaba yo en el trabajo tan tranquila y me viene un compañero y me dice:

– ¿Conoces algún arquitecto español?

– Mmmm, español, no, pero de otros países sí, ¿porqué?

– Es que está Popov (uno de los jefes de los estudios de arquitectura que están en el mismo edificio que el mio) preguntando por si conocíamos algún arquitecto español.

Pienso, esto es absurdo, pero voy a recepción a ver qué quiere. Me acerco, me presento y me pregunta que si conozco arquitectos españoles en Sydney. Le digo que español no pero que de otros países sí, que porqué español, y me contesta:

Porque necesito a alguien que sepa diseñar y que además piense por sí mismo.

Palabras textuales.

Se me escapa la risa (ya he hablado aquí que los australianos son lerdos, ¿verdad?).

Total que le digo que no conozco a ninguno personalmente pero que no me costaría nada ponerle en contacto con alguno o algunos.

A todo esto hay una página en Facebook que se llama Españoles en Sydney y pongo un anuncio. No creo que seamos muchos arquitectos españoles aquí, ¡¡pero me debieron escribir todos!! Arquitectos, aparejadores, ingenieros, de todo. Por un lado te sientes extrañamente poderosa al tener esa clase de respuesta, pero también te das cuenta de la necesidad que hay por un trabajo digno.

Intenté contestar a todos personalmente y me miré todos sus cv, mandé muchos a Popov y creo que hicieron unas 5 entrevistas a españoles. La cosa es que buscaban a alguien que supiese cómo funciona el sistema australiano de documentación de un proyecto; entonces para un español era el doble de difícil, necesitaba experiencia previa aquí…

Al final subió Popov en persona a darme las gracias por el interés (el trabajo que les hice cuesta cientos de dólares en este país y fue gratis). Al final no han cogido a ninguno, pero la oportunidad valía la pena, si consigo que a algún emigrante español le vaya mejor pues yo contenta.

Y ahora os cuento el cotilleo máximo, ¿quién es Popov?

Popov es un arquitecto noruego que llegó a Sydney cuando se construyó la Opera House para trabajar en el equipo de Jørn Utzon. Aquí estuvo hasta que Utzon ‘se fue’ y se fue con él. No sé muy bien si antes o después acabó casado con su hija, trabajando por muchos años en Mallorca con Utzon y por solitario, divorciándose y volviendo a Sydney en los 80. Ahora tiene un estudio algo conocido en Sydney.

Pues esa es la historia de cuando hice de agente.

Opera House vista desde el ferry a Manly

Opera House vista desde el ferry a Manly

Comienzos laborales 4

La verdad es que hace mucho que no escribo en el blog, pero creo que ya va siendo hora de publicar algo. Tenía pensado desde hace bastante contar más o menos como me iba la búsqueda de trabajo, tanto para subsistir como para intentar avanzar algo en lo relacionado con lo mío, los SIG.

Al poco de llegar me apunté al Careers Centre de la Universidad de Sydney, que te da acceso a la bolsa de trabajo de la universidad. Eso fue en principio una de las cosas más inútiles, una autentica pérdida de tiempo, pues, a pesar de publicar ofertas de todo tipo para trabajos temporales, y a pesar de ser un lugar interesante desde donde mandar currículums, su funcionamiento dejaba mucho que desear. Conteste a unas doscientas ofertas para trabajos de todo tipo, pero no obtuve nunca ni una sola respuesta. También fui varias veces a que me revisasen el CV a la oficina del susodicho Careers Centre, pero solo sirvió para que me dijesen que estaba bien estructurado y redactado. Así que no supieron darme ni un solo consejo útil, lo cual ya empezaba a mosquearme. Al final a base ser muy pesado conseguí una entrevista de trabajo, pero eso fue lo único que pudieron proporcionarme en casi un año. Al poco me fui fijando y me di cuenta que todo lo que tenían estaba diseñado para estudiantes chinos… Ya me explayaré otro día en este particular.

Mientras tanto no me había quedado quieto, si no que me estaba dedicando a buscar trabajo a través de Gumtree (web de búsqueda de trabajo y otras cosas) y similares, encontrando cosillas cutres y sobretodo multitud de listillos que anunciaban una cosa y ofrecían otra muy diferente. Algunos ejemplos pueden ser:

–       Una empresa buscaba a alguien con conocimiento de más de dos idiomas para algo relacionado con tareas de recepción. Fui allí, y me encontré que era para Herbalife, una reunión cutre para engatusar incautos en su sistema piramidal de venta de magufadas infames. Lo de pedir idiomas se hacía para atraer así a los abundantes y desesperados estudiantes extranjeros e inmigrantes. En síntesis, te daban la gentil opción de comprarles sus potingues guarros (¡!) y la maravillosa oportunidad de revenderlos a otros incautos (¡!). Y se quedaban tan anchos…

–       Otro lugar, una empresa cuyo nombre no recuerdo, buscaba gente para trabajar a comisión vendiendo extintores, con cobertura en todo Sydney. Pero tú no elegías donde venderlos, si no que te mandaban ellos al barrio elegido, al que tenías que llegar por tu propio pie. Para los que no conozcáis el sistema de transporte público de Sydney deciros solamente que es ridículamente caro y que se tarda una gran cantidad de tiempo en llegar a cualquier lado que no tenga estación de tren.

–       También fui a una entrevista de una cosa llamada Hive Initiative, otra chanchullez. Básicamente se trataba, en un sistema de semi-comision chapucero, de ir puerta a puerta intentando estafar a gente cambiándoles el contrato de la luz, con la excusa de que si lo hacían a través de Hive Initiative, iba a salirles más barato (mentira cochina como explicaba riéndose el tipo de la entrevista durante la misma).

A todo esto yo obviamente necesitaba estar empleado en algo, y buscando por internet solo me encontraba con pufos y truhanes de tres al cuarto, así que me dediqué a pasearme por la ciudad con el currículum, centrándome más en librerías y tiendas, pues es dónde yo tenía en principio más experiencia. Y así fue como encontré mi primer trabajo legal, en la Co-Op Bookshop. Pero eso ya lo contaré en otra ocasión.