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La nueva Edad Media Cap.1

En estas vacaciones mías de dos semanas he empezado a leer el libro de Umberto Eco et al, La nueva Edad Media. Es un libro muy cortito (163 páginas), con cuatro ensayos de cuatro autores diferentes publicado en 1973 y que me está haciendo reflexionar sobre este mundo en el que vivimos hoy. Solo he leído el primer ensayo y un poco del segundo y en ellos se hace una comparación de la Edad Media con el mundo actual. Las comparaciones son interesantes y las similitudes curiosas. En él dice así:

«…y el aparente bizantinismo, el gusto apasionado por la colección, por el catálogo, por el assemblage, por la acumulación de cosas diferentes se debe a la exigencia de descomponer y volver a juzgar los restos de un mundo anterior, quizá armónico, pero ya anticuado, que hay que vivir…»

Y yo me digo, sí que es verdad que estamos acumulando. Acumulando objetos en casa, información en discos duros, mails en la nube, mensajes y fotos en móviles. Me da la sensación de que no se puede borrar nada, que borrar es algo así como un pecado contemporáneo. ¿Porqué ese ansia por guardar, conservar y acumular? Yo soy la típica que guarda o he guardado alguna vez entradas de cine, museos, conciertos, teatro, tarjetas de restaurantes, envoltorios de comida (suena raro, pero si…), papeles de regalo usados y muchas cosas mas. De vez en cuando me entran crisis y empiezo a hacer limpieza y tirar todo lo que veo, pero ¿porqué existe ese sentimiento de guardar desde el principio? ¿Alguna sugerencia? Por ejemplo, ahora tengo una balda de la cocina llena de botes de cristal vacíos. Ramin los quiere tirar, pero yo me resisto porque igual se pueden usar para algo en el futuro.

Y ahora voy más allá y me pregunto si ese afán de conservar no será, cómo dice el texto, una forma de anclarse al sistema que está resquebrajándose y transformándose en algo nuevo. ¿No nos dará miedo lo nuevo que está por venir? Ese nuevo modelo de mundo que parece que se aproxima cada vez a más velocidad pero que es bastante probable que no veamos nosotros con nuestros ojos, pero que colaboremos en su creación y que es el mundo donde vivirán nuestros hijos y/o nietos, biznietos… ¿No será que en el fondo intuimos que esto se desvanece y esa acumulación es la manera que tenemos de ‘conservar’ viejos modelos, al menos en nuestra vida cotidiana?

Hay días que me pregunto cómo será ese nuevo mundo que está por venir, ¿alguna idea?